La magia de la lectura

Consejos para que los padres consigan que sus hijos sean lectores entusiastas[1]
 
1. Leed también vosotros, padres y maestros
Para un niño que comienza su itinerario de lectura –también para todos aquellos que aún no han topado con la crisis adolescente, aunque no quieran reconocerlo- el ejemplo de sus padres y educadores es muy importante. Por eso deben veros leer pero siempre de un modo auténtico; no se trata de adoptar poses -¡nada de aparentar!- ni de fingir que se disfruta siempre que se lee porque no es cierto.
 
2. Tratad de que lean todos los días
Como toda destreza la lectura se perfeccionará si se ejercita frecuentemente. Algunas investigaciones abogan por al menos quince minutos diarios de lectura libre y espontánea como un abono infalible para el nacimiento del hábito y el gusto lector.
 
3. ¡Id de bibliotecas con frecuencia!
Todos los miembros de la familia deben tener su carné de las bibliotecas públicas... y debéis organizar excursiones familiares lúdicas y pausadas a estos centros sociales de lectura. Vivid experiencias emotivas de búsqueda de información y de lecturas de regazo. Que los chicos os vean seleccionar y llevar en préstamo vuestros propios materiales de lectura (¡no sólo libros!).
 
4. Regalad a vuestros hijos palabras bellas
...palabras poéticas, palabras solidarias, palabras literarias, palabras reflexivas, palabras, palabras, palabras... Será el mejor regalo que puedan recibir de sus padres y maestros y la ofrenda dejará en su imaginario y en su corazón una huella indeleble y única. Y no esperéis a que sean lectores o “mayores”; desde el seno materno el niño debe saborear el milagro de la palabra emotiva y gratuita.
A cualquier hora y en cualquier circunstancia –eso sí, siempre con autenticidad-, aunque el momento de acostarse parezca el mejor porque puede ayudar al niño a concluir el día con una sonrisa cálida en su imaginación que le abra la puerta de entrada a un universo onírico deslumbrante y enriquecedor.
¿Y qué hacemos cuando crezcan? ¡Seguid provocando encuentros “verbales”! Que os lean, que os cuenten, que os expliquen sus vivencias lectoras, que os sugieran lecturas, que os critiquen los textos que les han decepcionado... y aplicad la propiedad recíproca.
 
5. ¡Inmersión periodística!
La prensa debe estar presente en nuestros hogares y en nuestras aulas porque contiene un universo de posibilidades de crear experiencias de lectura ricas, críticas y polifónicas. Invitadles a buscar, a indagar, a perseguir datos, sucesos, personajes; incitadles a comprobar la veracidad de lo que leen; movedles a ser inconformistas con lo que les ofrecen los medios... Que busquen palabras, letras, gráficos, viñetas...
 
6. ¡La lectura, un presente fabuloso!
¿Por qué utilizar los libros como un “relleno” a los regalos de Navidad o cumpleaños? No esperéis a fechas especiales para regalar materiales de lectura. ¡Cualquier día es magnífico para regalar un libro como lo es para ofrecer un beso!
 
7. ¡...y un sublime privilegio!
Nunca utilicéis la lectura como un castigo (¡a tu cuarto a leer!) ni como un antídoto a la “teleadicción”. Positivizar siempre las cosas y haced de la lectura un privilegio y en algunos casos –¡no abuséis!- un premio: "hoy puedes acostarte más tarde para ller 15 minutos en la cama", o " Gracias a tu ayuda al recoger la cocina, puedo dedicarte un rato para leerte unos poemas".  
 
(Tomado de SOL)

Comentarios

  1. Esto no es exactamente un comentario para la entrada del blog, es sobre la complejidad del mundo:
    ...ningún fenómeno de la realidad tiene una única causa, las relaciones causales constituyen una enorme trama y en esa inmensa red (con múltiples caminos y muchísimos elementos) sólo las conexiones más próximas (tanto en el tiempo como en el espacio) pueden asimilarse a una cadena lineal y unidireccional de causas y efectos. (Riedl, 1983)

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