Microrrelato: de uno que buscaba el humor



Llevaba varios años buscando el humor. 

Se tragaba muchos videos del club de la comedia o compró libros sobre el humor en el trabajo y en la vida cotidiana. Cuando quería ser divertido y chistoso, resultaba repelente y aburrido.

Por fin, aceptó que lo suyo no era el humor. Que era un tío serio. Simpático pero serio. Alguna vez gracioso pero pocas.


Empezó a reírse con el humor de los demás. Dejó que sus hijos se rieran de él. Incluso dedicaba 15 minutos del día a reírse de sus propios fracasos.

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